jueves, 15 de mayo de 2014

-EL JUEGO-



Del juego puedo entrar y salir. Es un refugio seguro. Un viaje donde encuentro todo lo que busco porque ahí, el en juego, soy el creador de todos los principios y finales, y cuando me canso de caminar por todos los desiertos, nadar por todos los mares y combatir a todos los piratas y dragones, dibujo una puerta con una piedra o una tiza y vuelvo al mundo de todos, el mundo de los imposibles. 
El juego que mas me gusta es el de desligarme de las cosas. Cortar los hilos que me impiden moverme y decidir. Como si borrara todo vínculo con lo real. No de casualidad mi arma es una goma blanca muy poderosa y medio gastada por el uso. 
Un día borre el baño y pase semanas sin ducharme; borre a mamá y no escuche ninguna de sus ordenes; borre el miedo y dormí con la luz apagada. 
Borrar me gusta casi tanto como hacerme pequeño y trepar por la mesa, correr entre los platos, tazas y tenedores. O pelear con hormigas y rescatar moscas de las telarañas, que también es divertido, pero es mas simple. En cambio borrar, a veces se pone peligroso, porque las cosas pueden desaparecer para siempre. Hay que tener cuidado y estar preparado para la sorpresa, como aquel día en mi cuarto que borre las palabras y las obligaciones, los deberes y el tiempo,  la cama y los juguetes. Y cuando ya no había nada mas, borre también el piso y caí. 

-Ariel-

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