sábado, 17 de agosto de 2013

MAURITO

"Che, Maurito, con los pibes estamos haciendo una revista… Si tenes ganas de que publiquemos algo tuyo mandamelo… " 
Solo eso le dije y tres semanas después, se las ingenio para hacerme llegar un dibujo. 
-"Toma, dale esto a Ariel", dijo. 
Parece que tiene memoria el chiquitín, y es de esa que se contagia, por que basta con que lo veas una vez a este gigante, para que no te lo olvides mas. 
Me animo a decir, que es el más conocido del barrio Carmelitas. Mauro, es de esos pibes que te miran y escuchan antes de hablarte… te mira de cerca, activando el radar, y siempre da una oportunidad que arranca cuando te tiende la mano… Porque los besos son para las chicas, aunque tiene corazón y algunos (pocos) muchachos, lo pueden saludar de una forma más afectuosa. 
Mauro tiene esa mirada que te conmueve.
De niño eterno.
De esos con los que se puede hablar cualquier cosa. Es de esos a los que no les gusta que le dicten, porque sus tiempos son muy íntimos; así que en el taller de cocina- al momento de fijar la receta al papel- siempre consigue con un nuevo argumento (todos buenos) que alguien escriba por él, y si no, no se aflige… lo copia mas tarde. 
Yo creo que es su forma de pedir mimos… porque a él le encanta compartir. Tiene miles de formas también de que alguien lo acerque hasta la casa, aunque quede a tres cuadras, y les puedo asegurar que nadie se niega a tal favor.
Maurito defiende los colores del millonario con alma y vida, dentro y fuera de la cancha, no importa el porte del rival. Gambetea como convence, pone la pata con la misma fuerza que defiende los resultados ganados, perdidos o empatados y festeja los goles abrazado a sus compañeros con brazos tan largos que hasta contienen a quien -triste- busca la pelota atrás del pastizal del arco... salvo cuando entrena, por que ahí si hay red, y aunque en la ciudad no le entregue el corazón a su equipo preferido (no porque no quiera, sino porque la oferta no abarca a todos…) se busco uno con los mismos colores, para que valga la pena sudar la camiseta. 
Creo que de esto se trata: una invitación simple, una correspondencia comprometida y dedicada, unas palabras que describan así no se olvidan jamás y un lector que pueda emocionarse y tener ganas de invitar a todos los Mauritos que pueda a ser parte de algo que- en definitiva- es ser parte del todo.


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