Julio Cortazar vive en este mundo desde el 14 de agosto de 1914. Bruselas lo vio nacer, Banfield crecer y dudo que alguien lo haya visto morir.
Dio sus primeros pasos en el mundo de la poesía bajo un seudónimo y con el tiempo y de la mano de gigantes de la literatura, como Borges, escalo a las altas cumbres del éxito y la perfección de los géneros literarios.
Ni las amenazas, ni el exilio pudieron agotar sus comprometidas ansias de escribir…
En 1979 saca a la luz, desde la distancia indeseada, un hermoso libro que mezcla relatos y humor en un tono cotidiano llamado “Un tal Lucas”. Su protagonista humano y rutinario habla sólo a veces… como muchos de nosotros lo hacemos, seguramente.
Sus soliloquios son tristes… y familiares.
Allí sus proyectos se vieron truncados, casi de sorpresa. Digo casi, porque era mas una certeza que otra cosa, que así resultaría. Es injusto, no se que piensan ustedes, pero hasta el viernes más lluvioso y frío, es más esperanzador que el domingo más hermoso.
Creo que justamente esperar, proyectar es desear, es querer.
Los deseos movilizan y que la mala suerte se haga presente en el momento justo en que uno se predispone a dar el paso del sueño a la realidad, no es tomado con mucha paciencia… sobre todo ese día.
Los invito a recordar o a conocer leyendo este hermoso libro donde a través de las aventuras de Lucas, desaparece el tiempo y el espacio y nos encontraremos todos juntos en cada letra.
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